Desconozco de qué manga se han sacado algunos eso de que el
PNV está dispuesto a pactar con el PP y avalar la investidura de Mariano Rajoy.
Durante toda la larga campaña electoral se eludió hablar de los nacionalistas.
Era como si los comicios no fueran con ellos. Y, de repente, pasadas las
elecciones, los cinco diputados del PNV aparecen en todas las quinielas como por arte de magia.
Está bien que se considere a la jeltzales como una
organización “responsable” pero es cuando menos un exceso volcar ese rasgo de
partido juicioso y comprometido en el supuesto de que, necesariamente, el PNV
deba garantizar la gobernabilidad del Estado. Es como cargar sobre la espalda de los cinco
diputados la enorme losa de formar un gobierno
en España por “responsabilidad”. ¿No será más lógico poner en el punto de mira
a quienes, de verdad, deben ponerse
manos a la obra para garantizar una amplia mayoría?. ¿Acaso cinco diputados son
más importantes que 137, 85, 71 o
32?. ¿Es que la responsabilidad no es
imputable al PP, PSOE, Unidos-Podemos y Ciudadanos?
Pues no. Esos finos analistas que dibujan escenarios en las
páginas de los medios de comunicación han determinado, por sí y ante sí, que el
PNV tendrá que pactar, y han convertido su tesis en evidencia. Aunque sea
indemostrable.
¿Cómo justifican que
“su verdad” es la verdad?. Interpretando. Buscando significados plurales a las
palabras. Baste que el presidente del PNV diga en una entrevista que “estamos dispuestos a escuchar a Rajoy”
para, acto seguido, llegar a la conclusión de que los nacionalistas no
descartan apoyar su investidura. Una afirmación ni dicha ni planteada.
¿Escuchar? ¿dialogar?. Por supuesto que sí. Faltaría más. El diálogo es un
elemento consustancial con la cultura democrática. Lo contrario –el bloqueo, el
aislamiento- es una anomalía que conduce
al enfrentamiento y a la discordia permanente. Al sostenimiento de un conflicto
de empate infinito.
Lo civilizado es hablar y escuchar. Dialogar. Sin que ello
signifique acuerdo ni pacto alguno.
La cabecera vizcaina del grupo Vocento publicaba el pasado
martes 28, una entrevista a Andoni Ortuzar. Su titular de portada era “El PNV
está dispuesto a escuchar a Rajoy”. La cita textual se ceñía estrictamente a
las palabras pronunciadas por el dirigente jeltzale. Hasta aquí, ninguna
objeción.
Lo que ocurre es que el mismo tabloide, insertaba una
información, ubicada inmediatamente posterior a la entrevista con Ortuzar que
decía; “El veto del PSOE aboca a Rajoy a un pacto múltiple con Ciudadanos, el
PNV y los canarios”.
Sé que me dirán que es hilar muy fino, pero ambas noticias,
unidas en el mismo espacio producían un
efecto un tanto tendencioso.
Basta
leer en su integridad la entrevista a Ortuzar
para darse cuenta que la supuesta indefinición del PNV respecto al PP no
es tal. Lo dicho por el presidente del EBB lo hemos ratificado otros casi de
manera textual. “Para que el PNV llegara a un acuerdo con el PP tendrían que
cambiar mucho las cosas. Hoy por hoy, su dinámica de
enfrentamiento a lo vasco, al autogobierno, lo hace imposible” (sic).
Creo que la posición, que obedece a una percepción unánime
en el PNV y que en ningún caso tiene una causa
de estrategia comunicativa, resulta meridianamente clara y contundente.
Pero para los ojos de la cabecera de “Vocento” no. Su
interpretación es otra. Simplemente, “el PNV se recoloca para negociar en una
posición de fuerza con el PP”. Y, si esta cuestión no fuera suficiente para
mantener su tesis, profundizaría un día más tarde con otro argumento; “El PP e
imposible alcanzar acuerdos con el PNV hasta después de las elecciones
autonómicas”. Martillazo tras martillazo
en el mismo clavo Que la realidad no estropee un titular y una buena tesis. Es
decir que el PNV pactará con el PP aunque lo niegue. Si lo rechaza es porque
quiere tener una posición de fuerza en la negociación. Y , si
finalmente, no acuerda con Rajoy es porque
hay elecciones autonómicas y le penalizaría este pacto. “Sostenella y no
enmendalla”
No es mi intención cuestionar la profesionalidad de quienes
libremente informan ni denostar la credibilidad de un medio de comunicación que diariamente es respaldado por miles de
lectores. Todo mi respeto en ambos casos. La única intención de estas líneas es
aclarar que quien quiera conocer las posiciones del PNV se ciña a significar lo
que ese partido dice y hace. No a lo que pretendidamente pueda interpretarse.
Porque en ocasiones, lo que se expresa como realidad incontestable no es otra
cosa que la realidad deseada por uno mismo.
Evitar la confusión
en la comunicación no solo es cosa de una de la partes. Cuando un
hecho exige una explicación evidencia que previamente no se ha hecho del todo bien. Para aclarar y
disipar dudas; ¿Cree el PNV que debe formalizarse un gobierno en el Estado?. Sí.
Los problemas que afectan al Estado necesitan ser gestionados. El vacío de
poder genera incertidumbre y hace que las dificultades se extremen aún más. Esa inestabilidad también nos afecta a los
vascos.
¿A quien le corresponde gobernar?. Desde luego, no al PNV.
No es su vocación. Deberán ser los partidos con mayor representación en las
Cortes los que asuman su responsabilidad.
Continuar con una dinámica de bloqueo no lo entendería nadie. Sería un
disparate. Quien desee salir del atolladero que presione a las formaciones
españolas, no al PNV. Lo lógico es que
forme gobierno quien más apoyos obtenga en el Congreso. Sin vetos. Las
“líneas rojas”, las posiciones numantinas, nos han llevado a una repetición
electoral. Perseverar en el bloqueo será una irresponsabilidad estúpida.
¿Gobernará el PP y Rajoy?. Si lo hace, y está legitimado a intentarlo
tras el resultado electoral, es, hoy por hoy, imposible que cuente con los
votos del PNV. La experiencia de estos cuatro años ha sido nefasta. Tanto en
libertades, en derechos básicos de la ciudadanía como en recentralización. Con
Rajoy y el PP, el ataque al autogobierno vasco ha sido permanente. Al PNV le
gustaría un cambio radical en la forma de hacer política en el Estado. Cambio
económico, cambio de regeneración democrática, cambio en el reconocimiento de
la realidad plurinacional. Eso significa
una enmienda a la totalidad de lo hecho por el PP y supondría un giro de 180
grados en su política.
¿El PNV dice eso porque en otoño hay elecciones autonómicas
y teme que un apoyo al PP contamine su imagen y beneficie a “Podemos” que ya le
ha ganado los últimos comicios celebrados?.
Rotundamente no. La posición del PNV es de fondo, no de
forma. ¿Como pactar con quien todavía esta semana ha anunciado un recurso de
inconstitucionalidad al proyecto de ley de reconocimiento de víctimas de abusos
policiales que debate el Parlamento Vasco?. ¿Quien piensa que el PNV pueda
pactar con el PP cuando, por impulso político de este partido, el Delegado del
Gobierno reabre –seis años después de la ejecución de una sentencia- el
conflicto de la colocación de banderas en la Diputación de Bizkaia?. ¿Pactar
con quien no te respeta?. ¿Pactar con quien, de manera soez te acusa de
corrupción generalizada?.
No. No es cuestión de desgaste o de “contaminación” de
marca. El PNV sabe lo que ha supuesto el
Gobierno de Rajoy y la actuación del PP
para Euskadi en este tiempo; un paso atrás.
¿Eso significa que el PNV estaría dispuesto a apoyar un
gobierno alternativo?.
Para que esa hipótesis
pueda, tan siquiera plantearse, será necesario que alguien esté dispuesto a liderar dicha propuesta. Y
eso no se ve por ningún lado.
Entonces ¿a qué está dispuesto el PNV en este tiempo que se
abre tras las elecciones de junio?.
El PNV está dispuesto a hablar y a escuchar a todos. A que,
con su modesta aportación de 5
parlamentarios, se cambien las formas de
hacer política en el Estado. A exigir a los demás la responsabilidad que él
mismo asume. El PNV está dispuesto a facilitar una nueva transición en la que
los problemas se asuman y se afronten, no se aparquen “sine die”. A que la
sensatez permita que la ciudadanía se
reconcilie con la
política. Y a que, con esos cinco parlamentarios se defiendan
los intereses de Euskadi.
Entra en el guión que los partidos mayoritarios mareen la
perdiz e intenten recolocarse para evitar el ridículo espantoso del desacuerdo. Algunos tendrán que tragarse
sapos muy gordos que ellos mismos fabricaron. Pero que la opinión publicada
traslade sin ningún escrúpulo sus apetencias
para influir en la opinión pública, algo legítimo por si mismo, es de
dudosa ética. Es, cuando menos, un juego tendencioso. Y la tendenciosidad no va
a condicionar al PNV.
No hay nacionalismo más cutre-salchichero que el Español.Ni más mentiroso,manipulador y delirante,es cierto.Pero es mediaticamente poderosísimo y tiene un estado detrás con toda su potencia empujando,dispuesto a cualquier cosa(cualquier cosa,lo han demostrado...)para mantener la sacrosanta unidad de esa ruina corrupta que llaman España.
ResponderEliminarPara que esta banda te respete hay que hacerse respetar y si tras reunirse con ellos se sale diciendo que "EN ESTE MOMENTO es no",quizás eso quiere decir que "EN ALGÚN MOMENTO puede ser sí".
Por cierto,sale gratis lo de Oyarzabal?,no me extraña que no se nos respete.