viernes, 1 de abril de 2016

LA CONQUISTA DEL CIELO, “PODEMOS” E ÍCARO



Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro...
y a veces lloro sin querer...

No, ni me he puesto ñoño, ni la melancolía me ha afectado estos pasados días de paréntesis pascual. Por cierto, este es el primero en muchos años en que el Domingo de Resurrección para algunos –Aberri eguna para otros- no he celebrado en la mesa con el típico cordero. Cuando era joven, en mi casa, el cordero presidía en los fogones tan renombrado día. Era, según decía Donato, el “cordero pascual”. Pero yo lo entendía de otra manera. Creía que aquel lechazo, de raza churra y de magra carne  había tenido un dueño, un vecino de escalera que trabajaba en una carpintería pero que en origen procedía de un pueblo serrano próximo al que naciera mi ancestro. Mi creencia de mozuelo ignorante me hacía pensar que Pascual, que así se llamaba el colindante, tenía en su lejano pueblo un rebaño del cual sacrificaba, por las fiestas de semana santa un borrego que más tarde, pasadas las jornadas de vigilia, nos zampábamos los Mediavilla con feliz satisfacción.  Ese era para mí el “cordero de Pascual”. Sin atributos religiosos ni connotaciones políticas de ninguna clase.

Volviendo al principio,  mi subconsciente me llevó el otro día hasta Rubén Darío y su “canción de otoño en primavera”. No por relectura del poeta nicaragüense ni por razón intelectual alguna. Fue como la primera impresión del momento que vivía. Como cuando te mojas en la playa y, de repente, te acuerdas de Poseidón por lo fría que está el agua.
 
Sucedió intuitivamente. Fue el pasado martes en Bilbao. En respuesta a una llamada de la nueva dirección de “Podemos Euskadi”, una delegación del PNV –en la que me encontraba- mantuvo un primer encuentro de cortesía con el equipo directivo de la formación de los círculos.

Al otro lado de la mesa se encontraban los tres interlocutores de la formación que horas antes habían roto la cintura a un socialismo vasco errático al celebrar un “Aberri eguna” sui generis. Bajo el principio democrático del derecho a decidir habían conseguido centrar la atención de los medios de comunicación dejando en evidencia la soledad  cada vez más notable de un PSE incapaz de engancharse a un discurso político distinto. Es cierto que conmemorar un Día de la Patria sin patria es como proponer una tortilla sin huevos, pero ni el “invento político” ni  su exigua participación en la calle –su acto no movió a más de cien personas- se coló  en la opinión pública como si fuera un evento masivo.

Es de reconocer que en ese campo –la comunicación política- se mueven como pez en el agua. Su consigna, repetida a escasas horas de la reunión a mantener con los jeltzales, de que su ambición política inmediata en Euskadi pasaba por desalojar al PNV de las instituciones fue otra muestra de su dominio de los medios. Mensaje diáfano y sin costuras ante un evento inmediato. ¿Provocación o ingenuidad?.

Ante ellos me surgió Rubén Darío. Tres jóvenes prometedores. De ellos dos, la nueva secretaria general y el responsable de organización, apenas superaban los 25 años. El tercero, recién elegido diputado, por poco excedía la treintena. Bien formados, de estética moderna, con una retórica fuera de lo común, representaban el cuadro dirigente de un partido heterogéneo que ha tenido la virtud de encauzar una buena parte de la indignación ciudadana y conducirla hasta una opción política cuya promesa de conquistar el cielo ha seducido a miles y miles de desencantados. Jóvenes y bien preparados.

Ante nuestros ojos estaba la representación genuina de lo que se autodenomina la “nueva política”. Aunque sus protagonistas tengan un pedigrí fuera de lo común  (Nagua Alba y Edu Maura son descendientes directos de dos de los políticos españoles más influyentes del primer cuarto de siglo pasado. Antonio Maura –tatarabuelo de Eduardo- estuvo 30 años en el gobierno de España, siendo  presidente de cinco gabinetes diferentes con Alfonso XIII. Santiago Alba –Bisabuelo de Nagua- fue ministro de instrucción pública en uno de los gobiernos de Maura, ocupó media docena de carteras gubernamentales  y acabó 30 años después, de presidente del Congreso de los Diputados en el bieno negro republicano). De casta le viene al galgo.

Los actores de “Podemos” con los que nos encontramos, son valores políticos en proyección, que han sabido sintonizar su discurso con una reacción social de desafección a la política, ilusionando a quienes estaban ávidos de ilusión, prometiendo lo que sólo pueden prometer quienes no tienen ni ataduras con la realidad ni son capaces de reconocer que la acción pública tiene límites definidos y claros. Son líderes de la utopía, de una utopía de la que muchos necesitaban beber como una pócima reparadora de su insatisfacción. Son, en tal sentido, un activo muy importante del momento que vivimos. Un germen de revitalización social que, inexcusablemente, deberá, finalmente, contrastar su efervescencia con la cruda realidad que nos envuelve a todos. Y a ellos también. Porque, tarde o temprano, deberán reconocer que no viven en “Matrix”y que el poder que se ejerce en democracia cuenta con unas reglas de juego, un marco económico y jurídico que delimita y mucho cualquier posibilidad de cambio social. En resumidas cuentas, que querer no es poder.

La novedad, la juventud suele carecer de algo fundamental en la vida; la experiencia. Y quienes pueden, por fortuna, exhibir lozanía y frescura suelen tener aparejada una característica más; la inocencia. Pero la inocencia no siempre es sinónimo de idealismo. También lo es de ingenuidad, candidez  y de falta de realismo. Pecados de juventud que se convierten en soberbia si no son reconocidos y asumidos. Y la soberbia publificada deviene en insolencia, en atrevimiento, consecuencia directa de la ignorancia.
Conquistar el cielo es muy bonito. Casi tan poético como los versos de Rubén Darío. Pero para soñar con alcanzar el paraíso  primero es necesario  pisar tierra, caerse, levantarse. Observar el suelo y darse cuenta de que las personas no sólo necesitan sueños. Que la “gente” está hecha de carne y huesos. Que la “verdad”, la propia, no es absoluta y empecinarse en defenderla con arrojo, desatendiendo la “verdad” de los otros solo comportará fanatismo y frustración

Por razones obvias, no desvelaré ni los contenidos ni los ámbitos abordados en un encuentro cordial que se prolongó por espacio de más de una hora y veinte minutos.-Fue el primer punto de dialogo de dos formaciones, una consolidada  y otra en proyección, que deberán seguir hablando e intercambiando inquietudes e ideas.

Quienes habían vaticinado de antemano que su pretensión era “quitar al PNV”, insistieron en su mensaje tras la entrevista. Es el discurso que van a repetir de aquí a las elecciones autonómicas. Es un guion inteligente. Sabedores de su último acierto electoral pretenden alimentar a una parte del segmento social que les dio su confianza en los comicios generales.  Pretenden buscar la polarización con el PNV para presentarse como su alternativa de gobierno en Euskadi. Si lo consiguen, si logran ganarse el papel de “alter ego” conseguirán despejar del camino a la Izquierda Abertzale que sabe que en “Podemos” tiene su principal competidor electoral.

“Podemos” está convencido de que podrá disputar el liderazgo político al PNV en una próxima contienda electoral en Euskadi. Su lógica dice que el PNV lleva ya demasiado tiempo en el poder y que es necesario un cambio. Es cierta la continuidad temporal del liderazgo jeltzale. Pero lo que parece que “Podemos” no ha entendido es aquí nadie gobierna  por generación espontánea. Si el PNV  mantiene la primacía política es porque cada poco tiempo la ciudadanía le renueva su confianza. Y le vota.

El resultado del 20-D está ahí. Pero es la foto social de un momento concreto y de unas circunstancias. Nada más. El voto vuelve a ser de los electores que, cuando toque, se lo volverán a pensar y decidirán según su criterio y conveniencia.

Cegados por el éxito y en su ingenua ambición de conquistar el cielo, los jóvenes valores de “Podemos” pueden perder sus alas y caer como Ícaro en su vuelo hacia el sol. A ras de tierra encontrarán al PNV. El infatigable caminante. Mucho menos vistoso, mucho menos moderno. Pero igual de eficaz y fiable en su compromiso con Euskadi.

1 comentario:

  1. Koldo, buenas noches, he leído éste artículo, y me iba gustando el análisis tal y como ibas planteandolo, y de pronto, aparecen los bisabuelos de los representantes de Podemos, innecesario, y el párrafo que culmina en "la ignorancia" me ha dejado helado. Ignorancia? La edad no es un nivel en la ignorancia, eso es absurdo, lo que ocurre Koldo, es que la edad si que es un síntoma de futuro, que quienes son mayores no lo tienen, y por ello Podemos, si algo tiene es futuro, eso lo ve cualquiera, aunque puedes llamarle de cualquier forma, pero como señalas, el voto no es ignorante, el voto siempre sabe lo que hace, que se moverá, que subirá, pero no dejarán de volar quienes ya han decidido que el compromiso con Euskal herria lo determinan los ciudadanos, seguro que aciertan. Un cordial saludo amigo.

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